LA DOBLE CARA DE LA PALABRA

Más allá de la gramática, lingüística, semántica; la palabra es una cadena hablada o escrita.

¿Pero qué tan verdadera es esta cadena? ¿Lo que decimos o escribimos realmente se cumple? ¿O tan sólo son palabras que se las lleva el viento o que escritas en un papel, este se vuelve amarillo y nos olvidamos de aquello escrito?

La palabra verdadera o no; es vital, es la muestra de nuestra condición como humanos, la que nos fortalece o destruye.

La palabra tiene doble cara. La malévola que nos divide, hiere, destruye, confunde, mata, envenena, nos causa dolor y nos encierra en nuestro silencio.

Sin embargo, existe aquella que sale de la alegría de nuestros corazones, esa palabra sincera, honesta, capaz de alegrar, iluminar, fortalece , animar la vida de los demás y la propia; palabras que nos ayudan a seguir luchando día a día en el sendero de nuestras vidas.

Con el tiempo descubrí que mis palabras delatan mi corazón, refleja lo que hay en mi espíritu. Yo puedo actuar durante un tiempo pero tarde o temprano, especialmente en un momento de profundo dolor o de coraje, mi hablar delatará lo que realmente hay dentro de mí.

También descubrí que no sólo basta el crear esta cadena escrita o hablada sino sustentarla con  nuestro actuar. Hace dos  años grité con el corazón y mi voz SOMOS VIDA Y ESPERANZA y durante un año mis palabras se convirtieron en Un SUEÑO HECHO REALIDAD; donde cada palabra escrita o dicha se convertía en un acto de amor, vida, fe para mis destinatarios, donde aprendí a valorar cada experiencia nueva que me da la vida día a día; que no importa cuánto se dice sino cuánto se hace. Donde mi fortaleza eran los gestos de cariño y ternura que recibía de mis niñ@s y jóvenes; que un TE QUIERO, un GRACIAS, me decía que vale la pena estar con ellos.

Fue en este año de voluntariado donde aprendí que la palabra no es palabra si no se complementa con los actos.

Ahora les comparto palabras que en alguna ocasión delataron a mi corazón:

Mi alma pide por él

Mi mirada ruega por verlo

Mi corazón desesperadamente late por él

Mis abrazos desean sentir el calor de los suyos

Mis oídos quieren escuchar su dulce voz

Mi llanto mi consuelo por estar sin él

Mis labios reclaman por besarlo y decirle que lo amo

Mis manos sufren al no tocar las de él

Mi todo solo pide estar con ÉL

KELLY MORALES ASENCIO