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Johanna, Rosi, Kelly, Susan y Gypsy

viernes, 12 de noviembre de 2010

El indigenismo de Camilo Egas

Camilo Egas, pintor ecuatoriano nacido en Quito en 1889, murió en Nueva York en 1962.
Su humor fue corrosivo, ácido y letal;  y en especial en el último tramo de su vida; quiso “volver a él, solo en él mismo”. Egas participó en los movimientos intelectuales de su época, fue el principal mentor de la revista “Hélice”;  extraño para la época que un pintor se involucrara en esta actividad. Como quiera que fuese Egas, fue un adelantado a su tiempo.
La dedicación artística al indio como tema central en las obras de Egas, donde se testifica  descarnadamente  el  desarraigo de los seres humanos, lo convirtieron en uno de los creadores más importantes del siglo XX. Su material, irradió energía y un aura mágica con la que sobresalió su proposición artística.
La condición final de Egas fue que siempre su interior estuvo poblado por nuestro país. Él creía que nuestra raíz india es asunto cardinal de nuestra cultura y nuestra vida. Egas se apropió del tema indígena convirtiéndose éste en el eje central de su creación artística, representando al indio bello, altivo, noble, fuerte, indomable, exaltando al indio como un fundamento de nuestra esencia nacional.
Su obra fue un himno jubiloso a una raza que esperó por siglos, con tenacidad y más fuerzas que la muerte, ser valorada. Inconscientemente, Egas desafió al arte religioso, el cual alcanzó su cota más elevada en ese tiempo; con su propuesta  nueva y diferente, el INDIGENISMO.

La Calle 14

Esta es la obra que inmortaliza a Camilo Egas, donde resalta el dolor de la miseria, el confinamiento del hombre marginal, el desconsuelo. Aquel hombre que representa a todos. Allí está la soledad expuesta que corre como un frío obstinado, nos demuestra que estamos hecho de soledades que al final se enroscan en nosotros y nos desenmascaran quedando despojados de todo rostro. Su arte no está al servicio de la comunicación sino de lo incomunicable, procediendo con toda sensibilidad y eficacia. No hay en su obra un solo amor sino amores, un solo olvido, hay olvidos; una sola partida sino varias. Egas estuvo siempre despidiéndose de algo o de alguien.


Bibliografía:
Rodríguez, M.(2002), "Grandes del siglo XX", Imprenta Mariscal, Quito-Ecuador.

Kelly Morales Asencio

2 comentarios:

  1. Que me parece que esta excelente su artículo, es un gran tema para sentir desde el conocimiento , no desde la falta de conocimiento que produce la insensabilidad de latinoamerica por temas que son de HOY

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  2. Me parece bien porque nos resalta a nosotros tambien u nos hace pensar en muchas cosas

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